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Educación digital para tod@s

marzo, 19, 2025

Por Anahí Lima

5 minutos de lectura

Digital education for all

Cuando hablamos de educación, hablamos de digitalización. Hoy en día, es imposible separar el desarrollo de la tecnología del ámbito educativo. Un número creciente de elementos en nuestra vida depende del uso de herramientas tecnológicas, de manera que la educación debe integrar el ámbito tecnológico para ser considerada educación de calidad. 

El derecho a la educación está reconocido por el artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se establece el derecho al “pleno desarrollo de la personalidad humana”. En el núcleo de este artículo se encuentra también una parte fundamental de la educación: la alfabetización.

El alfabetismo, entendido como la capacidad de leer y escribir, resulta el pilar fundamental de la educación porque es a través de esas habilidades que podemos nombrar, conocer, interactuar y comunicarnos con nuestro mundo. De esta manera, las personas somos capaces de construir identidad y autonomía, y así, desarrollarnos plenamente. Ahora, nos encontramos con un desafío aún más grande para nuestra época: el alfabetismo digital. 

Similar a la definición tradicional de la palabra, el alfabetismo digital se refiere a la capacidad de realizar diferentes tareas en un ambiente digital. Esto puede ir desde los niveles más básicos de interacción con la tecnología, hasta la capacidad de localizar, investigar y analizar información haciendo uso de estas herramientas. Más allá de la comunicación, el alfabetismo digital se convierte en la capacidad de crear y comprender información a través de medios digitales. 

Cada vez más aspectos de nuestra vida trascienden al entorno digital. De acuerdo con el Banco Mundial, algunos de los sectores más digitalizados de los últimos años (según el número de descargas de aplicaciones de dicho sector) son: negocios, compras, finanzas, herramientas, medicina y servicios de comida, dejando el entretenimiento hasta el séptimo lugar. Esto nos demuestra que la tecnología cobra cada vez más importancia en aspectos vitales de nuestra vida diaria y desarrollo humano. En esta situación, el analfabetismo digital puede dar como resultado el desarrollo de desigualdades, falta de acceso a recursos o servicios para cubrir necesidades básicas, e incluso el aislamiento social. 

Ahora bien, explorar el mundo de la educación digital también conlleva una serie de nuevos retos y definiciones para tomar en cuenta. Por ejemplo, existe una diferencia entre la antes mencionada alfabetización digital y el “e-learning” o aprendizaje virtual. La primera se refiere a las acciones que podemos tomar para desarrollar las capacidades tecnológicas que mencionamos anteriormente. Mientras que el e-learning se refiere a la integración de la tecnología en el ámbito educativo. Un ejemplo de ello son las bibliotecas virtuales integradas por muchas instituciones educativas. En el caso de América Latina, el e-learning representa cada vez más un desafío. Siendo las universidades de ámbito privado las que integran con mayor facilidad estas herramientas, el e-learning se convierte en un elemento transformador de la estructura social y un factor determinante para el acceso a aspectos de la sociedad, generando o ampliando desigualdades entre las personas. 

En el núcleo de la educación digital, se debe encontrar de manera indispensable el ámbito de la ciberseguridad. Más que un lujo, cualquier persona u organización que desarrolla cualquier tipo de actividad en el espacio digital debe estar informada acerca de los riesgos que esto implica y de cómo protegerse de ellos. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2021 casi el 60% de la población infantil fue víctima de algún tipo de ciberacoso. Los ataques cibernéticos a individuos alcanzaron hasta los 16,8 millones en 2022 y, finalmente, en 2024 se registraron hasta 467 mil ataques dirigidos a empresas u organizaciones al día. Todas y todos quienes habitamos de alguna manera el entorno digital, somos susceptibles a ser víctimas de algún tipo de ataque o violencia. 

Así, la educación digital es también relevante para las organizaciones. Como cualquier persona, pueden existir empresas con altos índices de analfabetismo digital, limitando su crecimiento y haciéndolas más propensas a sufrir algún tipo de ciberataque. 

En conclusión, la intersección entre educación y digitalización representa un aspecto crucial de nuestro desarrollo contemporáneo. La integración del alfabetismo digital en la educación no solo es esencial para equipar a los individuos con las habilidades necesarias para navegar en un mundo cada vez más tecnológico, sino que también es fundamental para fomentar la equidad y la inclusión social. 

A medida que avanzamos hacia una sociedad donde la digitalización permea casi todos los ámbitos de la vida, es vital que la educación no solo aborde las capacidades técnicas, sino que también incorpore elementos de ciberseguridad para proteger a las personas usuarias. Sin un enfoque integral que considere tanto la alfabetización digital como la ciberseguridad, corremos el riesgo de acentuar las desigualdades existentes y limitar el potencial de desarrollo pleno de las personas en un entorno digital. Por ende, la educación digital debe ser una prioridad global, garantizando que todas y todos los ciudadanos estén preparados para enfrentar los retos del futuro.

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