De la sala de servidores a la sala de juntas: cómo los CISOs pueden ganar un lugar estratégico
enero, 28, 2025
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La seguridad de la información ha cambiado. Lo que alguna vez fue una disciplina técnica y operativa, centrada en proteger redes y sistemas desde dentro de la sala de servidores, hoy se ha convertido en un componente estratégico para la continuidad y el crecimiento de las organizaciones que nace dentro de la sala de juntas, donde se toman las decisiones que dirigen a la organización. Pero, ¿cómo logramos esta transición? ¿Cómo nos convertimos en un socio estratégico que impulse el crecimiento y la innovación?
El camino hacia esta meta requiere un enfoque en dos aspectos clave: traducir los riesgos tecnológicos a términos de negocio, y encontrar formas de generar valor a través de la tecnología y la ciberseguridad. Todo esto, al mismo tiempo que conocemos a fondo cómo comunicarnos con los líderes ejecutivos, entendiendo sus prioridades y mostrando que la ciberseguridad no solo es una inversión necesaria, sino también una ventaja competitiva.
En este proceso, un nuevo rol ha surgido para reflejar este nuevo enfoque: el Business Information Security Officer (BISO). El BISO, en esencia, sigue siendo un CISO (Chief Information Security Officer), pero con un enfoque más marcado en esa integración con el negocio. Este nuevo título, para este mismo rol, simplemente da mayor visibilidad al hecho de que la ciberseguridad debe integrarse en el ADN del negocio, y nosotros como CISOs/BISOs debemos ser capaces de comunicar ese valor de la ciberseguridad en términos que resuenen en la Alta Dirección.
Como BISOs (o aún manteniendo nuestro título tradicional de CISOs), nos preocupamos no solo por la protección de la información, sino también porque la seguridad pueda impulsar el crecimiento, la eficiencia y la innovación. Así es como logramos convertirnos en ese verdadero socio estratégico, trabajando con las demás áreas de la empresa para identificar nuevas oportunidades y mitigar riesgos.
Podemos ser expertos en tecnología y seguridad. Podemos entender las vulnerabilidades, las amenazas y los riesgos del mundo tecnológico. Sin embargo, en la Alta Dirección, los CEOs, CFOs y demás líderes, no siempre tienen esa misma experiencia técnica, y es ahí donde entra en juego nuestra habilidad para ser ese puente traductor entre todas las partes.
Debemos ser capaces de convertir un lenguaje técnico complicado en un lenguaje entendible y que resuene en nuestros pares: el lenguaje del impacto financiero y de negocio. Por ejemplo:
- No hablemos de «vulnerabilidades técnicas», hablemos de «pérdidas financieras».
- En lugar de explicar las complejidades de un ataque de ransomware, hablemos del costo potencial de la interrupción del negocio, la pérdida de información sensible y el daño irreparable a la reputación.
- Midamos el riesgo en términos monetarios, por ejemplo, ¿cuánto nos costaría un ciberataque? ¿Cuánto nos ahorraríamos a futuro con una inversión en ciberseguridad hoy?
- Presentemos la ciberseguridad como una inversión, no como un gasto. Demostremos cómo la seguridad no solo protege a la empresa, sino que también habilita la innovación, la eficiencia y la confianza de la Alta Dirección. Al final, un líder que confía en nuestra capacidad para gestionar los riesgos y generar valor a través de la ciberseguridad es un líder que nos verá como un socio estratégico clave.
Imaginemos que nuestra labor como CISOs se asemeja a la de un padre que guía a su hijo en sus primeros pasos; queremos que la empresa crezca, que se desarrolle y que alcance su máximo potencial. Pero también queremos protegerla de los peligros del mundo.
Debemos encontrar el equilibrio entre la protección y la libertad, entre la seguridad y la innovación. A veces, esto implica permitir ciertos riesgos controlados, para conseguir la mayor ganancia, al mismo tiempo que la empresa aprende y se fortalece. Y otras veces, requiere establecer límites claros y firmes, para evitar daños irreparables.
Nuestro objetivo es crear un entorno seguro que permita a la empresa crecer y prosperar. Un entorno donde la innovación florezca sin poner en riesgo la seguridad de la información.
Para nosotros, la ciberseguridad es un habilitador de la transformación digital: la nube, el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA), entre otras tecnologías, son el motor de la innovación, necesitan una base segura para generar valor. Sin ciberseguridad, la transformación digital es como un castillo de naipes.
Si logramos orquestar todas estas estrategias seremos ese socio estratégico que trabaja codo a codo con las demás áreas de la empresa para ayudarles a alcanzar sus objetivos, ofreciendo soluciones de seguridad que habiliten el crecimiento y la eficiencia.
Para que nuestro mensaje tenga un impacto importante en la sala de juntas, la forma en la que lo comunicamos es fundamental. En mi experiencia, esto lo conseguimos cuando:
- Conocemos muy bien nuestra audiencia. Cada líder tiene sus propias prioridades, objetivos, y sus estilos de comunicación. Al adaptar nuestro mensaje a cada uno de ellos podremos captar su atención y generar interés.
- Usamos ejemplos concretos, contamos una historia, usamos casos de estudio o analogías que hagan que las ideas sean más fáciles de entender y recordar. Una historia bien contada tiene mucho más impacto que una presentación llena de datos y cifras.
- Somos concisos y claros, sin tecnicismos ni detalles excesivos. Debemos ir al grano y destacar el verdadero impacto de nuestro aporte en el negocio.
Nuestro lugar en la sala de juntas no se gana solo con firewalls y antivirus, sino con una visión más estratégica, demostrando liderazgo y nuestra capacidad de convertir la ciberseguridad en un motor de crecimiento para la organización. Ya sea que nos llamemos CISOs o BISOs, nuestra misión es la misma: «hablar el idioma del negocio e impulsar la innovación de forma segura».